VEJER DE LA FRONTERA

Pasear por sus laberínticas calles es trasladarse a otro tiempo, sin olvidar las rutas guiadas por el municipio. Importante también degustar su gastronomía (lomo en manteca) y de los postres típicos importados desde la hermana ciudad de Chaouen. De donde heredan las vejeriegas el traje típico de la cobijada.

Cuenta a tan solo nueve kilómetros de su núcleo urbano con una de las playas más famosas del litoral gaditano, la playa de El Palmar. Sus finas arenas doradas contrastan con la claridad de sus aguas y un bonito entorno natural. El viento de la zona es el aliado de los aficionados al surf.

BARBATE

Las playas son paradisíacas e ideales para el baño y los deportes náuticos. La playa del Carmen está situada junto al puerto (en el interior del pueblo), posee un gran paseo marítimo y es usual en ella la práctica de la pesca con caña, el kitesurf o el remo. Los Caños de Meca es una extensa franja de arena y aguas muy claras, con grutas naturales y acantilados y donde suele practicarse nudismo (al igual que en la de Zahora). La de Yerbabuena destaca por su estado salvaje y Zahara de los Atunes por su arena fina y aguas cristalinas. Por su actual casco antiguo, que un trazado original del siglo XIX, se puede contemplar el embellecimiento floral y conocer su pasado a través de rutas históricas.

CONIL DE LA FRONTERA

Conil es sin duda un destino selecto para el turismo de sol y playa. Es uno de los pueblos de la comarca con más ambiente, sobre todo en verano, propiciado en parte por las lujosas urbanizaciones que la rodean. Grandes masas de pinares, como los de Roche o El Colorado llegan muchas veces hasta las playas contribuyendo a que éstas se hayan conservado vírgenes.

Además de su importante labor alfarera (de las más representativas de la provincia) este pueblo agrícola y pesquero puede estar orgulloso de su cocina con platos tan deliciosos como el morrillo de atún, el cazón en adobo, los calamares rellenos, los chocos con patatas, el arroz con cardillos, alcauciles o tagarninas…

LOS CAÑOS DE MECA

No es un destino nuevo sino que lleva siendo uno de los grandes focos turísticos del litoral gaditano desde hace décadas. En sus inicios cuando se hablaba de Caños de Meca (o de Los Caños) inmediatamente pensábamos en hippies o personas bohemias que se refugiaban en este rincón de Cádiz buscando una libertad que no encontraban en otros lugares. Los años sesenta ahora se perciben muy lejanos pero el tipo de viajero que acude a Caños de Meca sigue buscando unos valores muy parecidos. Allí cubren sus anhelos de naturaleza, contacto directo con el mar, comida saludable, atardeceres inolvidables y, sobre todo, la posibilidad de bajar las revoluciones de su vida diaria.

CHICLANA DE LA FRONTERA

El municipio  es puntero en el turismo de salud, con el balneario de Fuente Amarga (1803) considerado como uno de los principales centros de salud existentes en España. Además de los tratamientos habituales contra el dolor, afecciones reumáticas, respiratorias y dermatológicas, el balneario actúa como un excelente relajante y un magnífico tratamiento de belleza. Todo de la forma más natural, con las aguas sulfurosas que caracterizan al centro.

Desde la playa de la Barrosa se puede contemplar la pintoresca isla de Sancti Petri, único resto subsistente del extremo meridional de la isla mayor de Cádiz, donde sitúa la tradición el famoso templo de Hércules fundado para el dios fenicio Melkart, visitado entre otros por Julio César y Aníbal, y hoy puede ser visitado por los turistas.

MEDINA – SIDONIA

Coronando el Cerro del Castillo (a 300 m. de altitud), Medina conserva intacto todo el sabor medieval. Fundada por los fenicios, fue una importante colonia romana y capital de la cora musulmana de Sidonia. A mediados del s. XV entró a formar parte del Señorío de los Duques de Medina Sidonia.

Declarada Conjunto Histórico y Premio al Embellecimiento de los Pueblos Andaluces, tan rico pasado ha dejado en la localidad numerosos testimonios artísticos. La ermita de los Santos Mártires es el ejemplo de arte visigodo más antiguo de Andalucía. De la época medieval son las ruinas del castillo, edificado sobre el antiguo alcázar musulmán y el castillo de Torrestrella, (ambos de los ss. XII-XIV). De los numerosos arcos medievales, algunos musulmanes y anteriores a la conquista, destacan el Arco de la Pastora (s. X), del Sol (ss. X-XIII) y el Arco de Belén (ss. XII-XV).

Las muestras de su arquitectura religiosa son innumerables, destacando la iglesia parroquial de Santa María la Mayor Coronada, un magnífico ejemplo de los estilos gótico y plateresco. Otros templos que no pueden dejarse de visitar son los de la Victoria, San Juan de Dios y Santiago.

Si entre los conventos destacan el de San Cristóbal, Jesús, María y José y el Monasterio Carmelita de el Cuervo (situado en el interior del parque natural de los Alcornocales), en cuanto a los edificios civiles sobresale el  ayuntamiento manierista del s.XVII, las caballerizas del Duque, la casa de los Enrile (s. XVIII) y el mercado de abastos del s. XIX.

Posee la villa una delicia repostera con Denominación de Origen propia, el alfajor de Medina. Este producto es un dulce de origen árabe elaborado a partir de técnicas tradicionales y utilizando ingredientes de primera calidad: miel pura de abeja, almendras, avellanas, harina, pan rallado y especias (cilantro, clavo, matalahúva, ajonjolí y canela). Con forma de canutillo, posee un color tostado al corte y un aroma ligeramente especiado mientras su sabor, recuerda a una mezcla de frutos secos y miel.

JEREZ DE LA FRONTERA

Pocos lugares en España gozan de un reconocimiento internacional como el que disfruta Jerez. Gracias a su vino -el “jerez” o “sherry”-,la tradición ecuestre y taurina, el flamenco y el motor, el nombre de esta ciudad andaluza hace mucho tiempo que traspasó fronteras.
Hasta sus alrededores llegaron los fenicios hace 3.000 años para fundar la colonia llamada Xera, la ciudad que más tarde se llamó Ceret bajo el dominio romano, y Sheres o Xeres cuando fue fortaleza árabe. Con los Reyes Católicos se inició el próspero comercio de sus famosos vinos con los ingleses.

Los musulmanes dejaron una honda huella en la ciudad, como el trazado urbanístico de los barrios enclavados en el corazón de la antigua medina árabe: San Lucas y San Mateo, que acoge su iglesia homónima, la plaza del mercado (sede del museo Arqueológico) y el palacio Riquelme.

Pero sin duda el vestigio andalusí más importante es el alcázar de Jerez, hallándose en el interior del recinto amurallado la mezquita, los baños árabes y el jardín de los Olivos, con albercas y fuentes que armonizan a la perfección con el palacio barroco de Villavicencio, erigido sobre las ruinas del primitivo palacio islámico y en cuya torre el visitante puede visitar la original cámara oscura.

Muy recomendables también las visitas al Palacio Domecq y al Palacio Virrey Laserna, que forman parte de la historia de la localidad jerezana.

TARIFA

Asomada al mar, en el punto más meridional de Europa y más cercano a África, Tarifa es una de las ciudades costeras con mayor proyección turística, al convertirse en el reino del kitesurf.

A sus numerosos restos prehistóricos (como las pinturas naturalistas de la cueva del Moro y la necrópolis de los Algarbes) suma los vestigios fenicios de la isla de las Palomas y sobre todo los de época romana, con la valiosa ciudad de Baelo Claudia, el hallazgo arqueológico más valioso de toda la provincia.

Llamada por los musulmanes AI-Yazirat Tarif (Isla de Tarif) ha sido importante punto estratégico como zona fronteriza, plaza fuerte ante incursiones piratas y enclave militar frente a las posesiones inglesas de Gibraltar.

De las murallas de los ss. X-XVI se observan dos tramos diferenciados: el primero de época islámica que rodeaba un recinto más pequeño y el segundo que abarca todo el casco antiguo. En él se encuentran la iglesia Mayor de San Mateo, San Francisco y la de Santa María.

Sus idílicas y extensas playas azotadas por el viento de levante hacen de Tarifa un lugar de culto para los aficionados a deportes náuticos como el kitesurf, el flysurf, el paddle surf o el submarinismo, entre otros.

Tras la playa Chica, Los Lances y Valdevaqueros, se halla la playa de Bolonia, arenal salvaje y uno de los más bellos paraísos gaditanos. El Cañuelo es una playa con un entorno en estado natural, con vegetación excelsa, arena fina, aguas cristalinas Ya la que se llega desde el Faro de Camarinal. Los Alemanes se extiende desde el Cabo de la Plata al Cabo de Gracia. Por último, Atlanterra es la continuación de Zahara de los Atunes.

El municipio participa de cuatro espacios naturales protegidos: el parque natural de los Alcornocales, el parque natural del Estrecho, el paraje natural playa de Los Lances -área de concentración y regreso de aves en la travesía del estrecho de Gibraltar- y el monumento natural duna de Bolonia, con más de 30 metros de altura y situada en el istmo de punta Camarinal, en la costa suratlántica de Cádiz.

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